Cambio climático y sequía sin precedentes

Un fenómeno que nos afecta a todos
El cambio climático evidenciado con el calentamiento global del planeta son realidades interconectadas que ya nadie puede refutar. Sus efectos están presentes a lo largo y ancho del planeta, con fenómenos totalmente desconocidos en la era del humano moderno.

Un ejemplo estremecedor de esto sucedió hace poco en el Polo Norte donde por primera vez, en toda la historia registrada, se ha llenado de humo debido a los impresionantes incendios que están arrasando Siberia. Los científicos rusos ya han dictaminado que estos incendios, que son cada vez más frecuentes en la congelada Siberia, son consecuencia del cambio climático y la tala indiscriminada de bosques, sumada a servicios forestales de control de incendios inexistentes, porque se trata de fenómenos nuevos.
El servicio federal ruso para la hidrometeorología y el monitoreo ambiental (Roshydromet) destacó que la situación en la República Rusa de Sakha empeora sin cesar, porque allí se quemaron alrededor de 3,4 millones de hectáreas. Por su parte, la Organización Meteorológica Mundial (OMM), está confirmando la que sería la temperatura récord de 38° C, la más alta jamás registrada al norte del Círculo Polar Ártico. Cabe señalar, para tener una perspectiva de este fenómeno, que el pueblo de Oymyakon, considerado el más frío del mundo, se encuentra al este de la Republica de Sakha.

La sequía en Argentina

Dado que este fenómeno es mundial, también afecta a la Argentina. Por eso, la superficie afectada por una inédita sequía ya superó las 160 millones de hectáreas, aumentando el área en sequía severa en el norte de la provincia de Buenos Aires, el sur de Santa Fe y Entre Ríos, alcanzando también a Córdoba y San Luis, e incluso se observó un incremento del nivel de sequía que afecta a la provincia de Santa Cruz. Los índices de humedad muestran además malas condiciones en el área central del país, donde se encuentra la zona agrícola ganadera más productiva de Argentina. De acuerdo a la serie histórica de datos registrados, las lluvias de este año fueron mínimas. Los registros de las estaciones meteorológicas señalan que en la zona núcleo y la zona central de nuestro país las precipitaciones registradas son las más bajas de los últimos 60 años.

“Los registros de las estaciones meteorológicas señalan que en la zona núcleo y la zona central de nuestro país, las precipitaciones registradas son las más bajas de los últimos 60 años”

Por su parte, los índices de vegetación muestran que las anomalías negativas se incrementaron fuertemente hacia el centro y sudeste de la provincia de Buenos Aires. Este empeoramiento en la condición de la vegetación también se extiende a la zona central del país. Se destacan también los valores muy bajos en Santa Cruz, que empeoran las condiciones. La única región que tuvo mejoras y no fue afectada por la sequía es el norte del país.

Un fenómeno de graves consecuencias

Todo esto se traduce en efectos económicos y alimentarios severos. Ya se calcula que 3.450.000 de hectáreas de trigo se encuentran en riesgo, considerando la información provista por técnicos de Estimaciones Agrícolas (SAGYP). Ingenieros y técnicos del INTA avisaron que la gravedad de la situación es enorme, y que se traducen en importantes pérdidas en la cosecha de trigo, retrasos en siembras de soja y maíz, deterioro en la ganadería y cultivos de frutales afectados en el norte de Buenos Aires.
Para dimensionar la situación de las posibles consecuencias producidas por el fenómeno climático denominado “La Niña”, se estima que están en riesgo 163.612.154 hectáreas, 18.571.487 cabezas de ganado bovino, 3.452.241 hectáreas de cultivo y 615.307 hogares.
Esto provoca una seria preocupación a nivel gubernamental, porque la mayor parte de las divisas que ingresan al país provienen del agro y la ganadería. Fuentes gubernamentales estiman que debido a la sequía disminuirá un 40% la cosecha de trigo. Por su parte, la cosecha de la siembra de soja y el maíz es la más lenta de los últimos 20 años.
Si al calentamiento global y la sequía se le suman los efectos de la guerra en Ucrania, gran abastecedor de alimentos, la situación global es aún más preocupante. De hecho, el Consejo Internacional de Cereales (IGC, por sus siglas en inglés) pronostica una disminución de la producción mundial de trigo en la temporada 2022/23, estimando que será de solo 791 millones de toneladas, menos de un millón de lo previsto en informes anteriores.

Más temperatura, menos glaciares

Ya no hay lugar de la tierra donde no se aprecien los efectos de la mano del hombre en el calentamiento global. En noviembre, durante la apertura del simposio “Las montañas, nuestro futuro” que se llevó a cabo en la ciudad peruana de Arequipa, el Instituto Nacional de Investigación en Glaciares y Ecosistemas de Montaña del Perú (Inaigem) exhibió datos sombríos sobre la pérdida del área glaciar de ese país, fenómeno que se atribuye fundamentalmente al aumento de la temperatura en el planeta. En su informe, el Inaigem estimó que un total de nueve glaciares peruanos se encuentran en riesgo de desaparecer en menos de 20 años. Y no es solo eso, por el aumento de la temperatura del planeta, el Perú ha perdido 1.280 kilómetros cuadrados de área glaciar.

“Fuentes gubernamentales estiman que debido a la sequía disminuirá un 40% la cosecha de trigo.
Por su parte, la cosecha de la siembra de soja y el maíz es la más lenta de los últimos 20 años”

Las evidencias resaltan por todos lados. El ser humano es el causante del aumento de las temperaturas. Es tiempo de que la humanidad actúe en equipo para evitar que el calentamiento global termine convirtiendo al planeta en un desierto estéril.¤