Argentina en crisis: ¿qué pasará con el país en 2024?

Del Plan Platita al Decreto de Necesidad y Urgencia

Argentina está a punto de iniciar un año que puede ser decisivo para su futuro, en el que por primera vez en muchos años se aplicarán medidas neoliberales de mercado. Durante casi 80 años de populismo, el Estado controló todas las actividades, permitiendo una enorme corrupción encabezada por una casta sindical-política que se enriqueció descaradamente mientras empobrecían brutalmente al país.

El resultado objetivo es que desde hace décadas que el país no progresa y la cantidad de pobres e indigentes se multiplica exponencialmente.
Es tal la crisis económica y social de la argentina que por primera vez existen trabajadores registrados, en blanco, que son pobres. Es decir, que sus sueldos no les alcanzan para cubrir sus necesidades básicas.
En las elecciones pasadas, el economista Javier Milei fue elegido presidente por el 56% de los votos en el balotaje en el que enfrentó al candidato oficialista, Sergio Massa. Su legitimidad está fuera de toda duda. Los argentinos y argentinas lo eligieron para que produjera un cambio de rumbo absoluto, de características copernicanas.

El desastre del Plan Platita

A pocos días de haber asumido, el nuevo presidente comenzó a tomar medidas draconianas, tal cual prometió hacer durante su campaña.
Lo más destacable fue la firma de un mega Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que contiene más de 300 medidas de desregulación económica, con el objetivo de “liberar las fuerzas productivas” y “reducir el peso del Estado”. Por eso, a la fecha, nadie puede pronosticar cuál será el destino del país
Ya es evidente que con la combinación explosiva del plan platita del gobierno anterior y la liberación absoluta del actual, la pobreza se incrementó enormemente. Tanto que algunos economistas y sociólogos vaticinan que en los próximos meses el índice de pobreza e indigencia superará todas las marcas anteriores, porque en el mes de diciembre se estima que la inflación superará el 20%. Solo el tiempo permitirá saber qué sucederá.
El plan platita fue una medida adoptada por el gobierno de Alberto Fernández, a través de su ministro de Economía y a la vez candidato presidencial, el ya mencionado Sergio Massa. Ese plan consistió básicamente en regalar dinero a diestra y siniestra, imprimiendo pesos a toda máquina, noche y día, para seducir a los votantes, llegando incluso a tomar medidas inéditas, como la casi total eliminación del Impuesto a las Ganancias y otorgando bonos suplementarios para las jubilaciones mínimas.

“Es tal la crisis económica y social de la argentina que por primera vez existen trabajadores registrados, en blanco, que son pobres. Es decir, que sus sueldos no les alcanzan para cubrir sus necesidades básicas”

Lamentablemente, estas medidas tuvieron un alto costo fiscal, dado que estos gastos no provinieron de ingresos genuinos del Tesoro. El plan platita se financió con emisión monetaria, generando una inflación descontrolada por las sucesivas devaluaciones del peso. Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), la inflación acumulada en 2023 fue de aproximadamente el 231,7%, y el tipo de cambio oficial pasó de $377 a finales de enero a $824 pesos por dólar al terminar el año. Esta devaluación fenomenal se debe a distintas medidas monetarias tomadas por ambas administraciones, la de Fernández y la de Milei.
Esto provocó una pérdida enorme del poder adquisitivo de los salarios y de las jubilaciones, lo que condujo a un gran aumento de la pobreza y la indigencia. Según el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), la pobreza afectó al 60% de la población en el cuarto trimestre de 2023, y la indigencia al 20%.
Y como ya se mencionó, las cifras de pobreza e indigencia que se vaticinan para el primer trimestre del año 2024 son peores.

Necesidades y urgencias

El presidente Milei asumió el poder el pasado 10 de diciembre, con la promesa de cambiar el rumbo económico del país y aplicar un modelo neoliberal, basado en el libre mercado, la reducción del gasto público, la eliminación de los impuestos, la apertura comercial, la libre convertibilidad del peso y la desregulación de todos los sectores. Para ello, como dijimos, firmó un mega DNU que modifica leyes, reglamentos y normas de diversas áreas, como impuestos, comercio exterior, mercado de capitales, sistema financiero, energía, transporte, comunicaciones, educación, salud, seguridad, justicia y administración pública. El decreto ha generado una fuerte polémica y resistencia por parte de diversos sectores sociales, políticos y sindicales, que lo consideran una violación de la Constitución, una amenaza a la soberanía, un ataque a los derechos de los trabajadores y los usuarios, y una entrega del patrimonio nacional a los intereses extranjeros. Estos reclamos obviamente son genuinos, aunque a la cabeza de los mismos se encuentran los políticos y sindicalistas corruptos que nunca se quejaron mientras el país se derrumbaba.

“(El presidente) firmó un mega DNU que modifica leyes, reglamentos y normas de diversas áreas, como impuestos, comercio exterior, mercado de capitales, sistema financiero, energía, transporte, comunicaciones, educación, salud, seguridad, justicia y administración pública”

Por su parte, los defensores del DNU argumentan que las medidas son necesarias para reactivar la economía, atraer inversiones, generar empleo, aumentar la competitividad, bajar la inflación, estabilizar el tipo de cambio, reducir la pobreza y mejorar la calidad de vida de los argentinos. Sin embargo, los críticos del DNU advierten que las medidas tendrán un efecto contrario, al provocar una mayor recesión, desempleo, inflación, devaluación, endeudamiento, fuga de capitales, desigualdad, exclusión y conflictividad social. Según un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), el DNU implicará una caída del Producto Bruto Interno (PBI) del 15% en 2024, una pérdida de 3,5 millones de puestos de trabajo, una suba de la inflación incontrolada, una depreciación del peso monumental y aumento de la pobreza al 70% y de la indigencia al 30%. Cifras escalofriantes.

La encrucijada argentina

Argentina se encuentra, entonces, al borde del abismo, entre el neoliberalismo y el populismo, entre el mercado y el Estado, entre el pasado y el futuro.
¿Qué modelo económico le conviene al país? ¿Qué consecuencias tendrá el DNU para la sociedad argentina? ¿Qué alternativas existen para superar la crisis?
Estas son algunas de las preguntas que se plantean los argentinos, que esperan con incertidumbre y ansiedad el inicio de una nueva etapa, que puede ser de oportunidad o de catástrofe. ¤