Editorial • Agosto 2002

En Argentina ya comenzó la carrera electoral que culminará en marzo del 2003. Aún no se sabe si habrá renovación parcial de las cámaras, (como quieren los que se aferran a sus puestos), o total (como demanda el país entero). Antes de los pactos reconocidos y secretos que seguramente vendrán, asoman dos candidatos con posibilidades: Menem y Elisa Carrió. (¡Qué lo p...!) . Aunque Carlitos tiene varios juicios, negociados y coimas que aclarar.
La economía sigue igual: empeorando, y la inseguridad llegó a un punto alarmante.
La gente sale a la calle con miedo, a cualquier hora y en cualquier barrio. La consecuencia de tantos años de corrupción e impunidad de los gobernantes es esta generación de jóvenes criminales, sin moral ni piedad, que será difícil de corregir.

La ambición y la corrupción también pudrió a la clase ejecutiva de los Estados Unidos. En los años 50 un dirigente de empresa ganaba unas veinte veces más que un empleado, hoy ganan 200, 300 veces o más, lo que no ocurre en ningún otro país. El presidente Bush y el vice Cheney saben que esto crea desconfianza en los consumidores e inversores que son los puntales de este sistema económico. El problema es que ellos, y sus amigos, pertenecen a esa clase ejecutiva.

Agradecemos a toda la comunidad el constante apoyo a esta revista. Preservemos los valores de la honestidad y el trabajo que quizá, algún día, podamos repatriar.

MORCILLAS “EL GALLEGUITO”, DEL SABOR IGUALITO.